Mujer, escúchame: eres hermosa, en todas tus formas y sentidos, en todos los espejos en los que te miras, en tus cicatrices, en las señales que el tiempo va posando sobre tu piel…
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Mujer, escúchame: eres hermosa, en todas tus formas y sentidos, en todos los espejos en los que te miras, en tus cicatrices, en las señales que el tiempo va posando sobre tu piel…
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El primero de mayo de cada año en muchos lugares se festeja, desde 1889, el Día Internacional del Trabajador. ¿Por qué se celebra el 1 de mayo? El origen de esta fiesta es un homenaje a los llamados Mártires de Chicago: un grupo de trabajadores que fueron ejecutados por participar en la huelga para conseguir la jornada laboral de 8 horas diarias. Se eligió el día 1 de mayo por ser la fecha en la que comenzó dicha reivindicación en el año 1886.
Aunque este día lo hemos incorporado como una festividad más en nuestro calendario anual, se trata de una fecha de suma importancia. Es un guiño a todos los derechos laborales conseguidos para que todos podamos tener una vida lo más digna posible. No en vano ciudades tan importantes como Madrid o Buenos Aires tienen una avenida o una plaza en su honor y en China es una de las fiestas nacionales más importantes.
Si hacemos números, nos daremos cuenta que nuestra profesión es una de las cosas que más tiempo ocupan en nuestras vidas. Suponiendo que tuviésemos una jornada de 40 horas semanales y que trabajásemos desde los 25 años hasta la edad de jubilación, son casi 80 000 horas invertidas en nuestro empleo.
Y yo, como fotógrafa y casi por una especie de defecto profesional, me pregunto: ¿80 000 horas de nuestra vida y no tenemos recuerdos en imágenes? Siendo realistas, excepto los profesionales de campos muy concretos, casi ningún trabajador tiene fotografías desempeñando su oficio. Cuando repasamos nuestro legado en imágenes, el álbum de nuestra vida y nuestros recuerdos, rara vez nos damos cuenta, pero hay un vacío gigante. Tenemos imágenes de nuestra vida privada, recuerdos familiares, fotografías que reflejan el alma de los grandes eventos a los que acudimos o que celebramos, pero… ¿no merece también nuestro trabajo aparecer en nuestras memorias? Al fin y al cabo le dedicamos casi un tercio de nuestra vida y, en la mayoría de los casos, es el sustento sobre el que edificamos nuestra vida.
¡No hay excusa! La mejor cámara es siempre la que tienes en la mano, o sea que con los smartphones lo tenéis muy fácil. Es cierto que la calidad de la imagen no será la misma que la fotografía realizada por una profesional, pero una mano amateur también puede registrar recuerdos imborrables. Si el momento te está haciendo feliz y tienes la oportunidad, olvídate de la técnica y ¡guárdalo para siempre!
Por supuesto, cuando hablamos de incluir en nuestro legado en imágenes alguna fotografía de nuestro lugar de trabajo, de nuestros compañeros o de nosotros mismos desempeñando nuestro oficio, se trata de almacenar recuerdos que nos hagan sentir cosas positivas. Es cierto que no todas las personas tienen la suerte de dedicarse a lo que les llena y les hace felices; sin embargo, tratar de sentirnos lo más realizados posible con nuestro trabajo es fundamental para no desistir. Si el oficio no es el que siempre habíamos querido, debemos saber que es lo habitual. Sólo unos cuantos afortunados (entre los que tengo la suerte de incluirme) se pueden dedicar a lo que aman. Hay muchas otras cosas por las que sentirte motivado en el trabajo: compañeros, experiencia, ahorrar para emprender una nueva aventura en algo que verdaderamente te ilusione…
Yo trato cada día de ponerme como mandamiento principal en mi vida ser feliz. A toda costa. Siempre hay algo que merece la pena, que nos ilumina con un rayo de alegría, y es a eso a lo que hemos de agarrarnos con todas nuestras fuerzas.
Y tú, que me estás leyendo, ¿eres feliz en tu trabajo? ¿Tienes alguna fotografía de recuerdo en tu empleo?
Hoy traemos a la web el maquillaje realizado por Raquel Diez Make Up & Beauty representando las tradicionales “catrinas mexicanas” en Halloween, que este año han estado muy de moda en la noche de los muertos. Los tocados de flores son de Irene de la Cuesta Couture y las estupendas modelos son Rocío y Laura. El estilismo, mío propio, con mi vestido de novia rescatado del baúl de los recuerdos 😉
Espero que os gusten!
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Después de darle muchas vueltas al tipo de sesión que haríamos para el book personal de Alex, finalmente nos decidimos por hacer las fotos en un taller y llamarlo Box Gear 3, entre capós, engranajes y motores elevados. Además tuvimos la suerte de que le acompañaran dos grandes amigas, Sara e Iris. Un placer trabajar con mecánico y mecánicas tan sexys!
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Ya os hemos contado en otras ocasiones lo especiales que son las sesiones boudoir… sensualidad y elegancia en unas fotos que todas quisiéramos hacernos, al menos, una vez.
Este tipo de reportajes se ha puesto muy de moda entre las novias, como regalo para sus futuros maridos en la noche de bodas. Pero no tienes que esperar a estar a punto de casarte para hacerte un boudoir. Si te apetece, no lo dudes… será el mejor regalo para ti misma.
En esta ocasión os presento a Raquel, que posó para nosotros en la habitación 616 (capicúa) del
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